miércoles, 7 de septiembre de 2016

LOS RETOS DE LA EDUCACION SUPERIOR EN EL SIGLO XXI

1.- ¿Cuáles son los cambios que han provocado en la sociedad, la globalización y la revolución tecnológica?
       
La globalización y la revolución tecnológica han provocado grandes cambios en la sociedad actual tanto en nuestra forma de vida y en nuestro trabajo, lo que produce que todo nuestro entorno se vea afectado desde los procesos más básicos como despertarnos, comunicarnos, aprender y también enseñar, modificando conductas individuales, relaciones familiares y roles sociales.
La revolución tecnológica, está afectando los métodos de enseñanza y de aprendizaje, lo que crea expectativas y retos. La rapidez en las comunicaciones aumenta el acceso a las nuevas tecnologías en la casa, en el trabajo y en las escuelas, lo cual significa que el aprendizaje pasa a ser una actividad real de carácter permanente, en la que el recorrido del cambio tecnológico, fuerza a una evaluación constante del mismo proceso de aprendizaje.

2.- ¿Cuáles son las habilidades que se le exigen a nuestros jóvenes ante estos cambios?
       
    Los jóvenes están llamados a desempeñar un papel fundamental ya que suelen hallarse a la vanguardia de la utilización de las nuevas tecnologías y contribuyen a insertar la práctica de éstas en la vida diaria. Esta generación utiliza la tecnología desde sus primeros años e incluso meses de vida, son capaces de hacerse con el dominio de cualquier dispositivo electrónico en cuestión de minutos casi por intuición, sin necesidad de “aprender” su funcionamiento, estas habilidades se utilizan cada día en ambientes de trabajo, grandes y pequeños.

3.- ¿Está la universidad tradicional preparada para dar respuesta a las necesidades de formación que hoy día tienen nuestros jóvenes?

Las universidad tradicional no está preparada para dar respuesta a la revolución tecnológica y científica, principalmente por las limitaciones financieras para la construcción de nuevas edificaciones o adecuar las existentes aunque el estado realiza esfuerzos por adecuarse a los cambios.
Según un documento llamado “Algunas notas acerca de la Educación Superior en Venezuela” de Orlando Albornoz (Universidad Central de Venezuela) “La educación superior venezolana es anticuada (cursos, aulas presenciales, tiza y borrador) no forma un sistema y es de baja calidad o al menos de calidad desigual. No hay cultura académica ni de la investigación. Hay aislamiento institucional, por ende ausencia de un sistema integrado de educación superior, como de hecho hay desvinculación entre los distintos niveles de la escolaridad”

4. - ¿Cómo debe ser la universidad del futuro?

    La universidad del futuro será más digital, más flexible y más especializada. Estas son algunas de las conclusiones principales de un proyecto de investigación presentado en abril del 2016, sobre la universidad del futuro que durante todo un año han elaborado una quincena de investigadores del eLearn Center, centro de investigación e innovación en educación en línea de la UOC, en colaboración con unos cincuenta expertos internacionales y el MIT de Boston.
    Lluís Pastor, director del eLearn Center de la UOC, ha advertido de que, según algunos estudios, se acercan tiempos convulsos en la educación superior y dentro de diez años podrían no existir la mitad de las universidades actuales. Por ello se ha querido analizar los cambios y tendencias de la universidad, tanto presencial como en línea, y qué escenarios se dibujan a partir del año 2020.
    Los investigadores que han liderado los estudios -Francesc Santanach, responsable del laboratorio de experimentación en aprendizaje virtual del eLearn Center; Xavier Mas, investigador del eLearn Center, y Lourdes Guàrdia, directora del máster universitario de Educación y TIC (e-learning) de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación e investigadora del eLearn Center- han resumido las conclusiones principales en este decálogo:
    Educación más práctica, tangible e interactiva: Los estudiantes actuales piden una educación en línea que sea más tangible. Por lo tanto, que sea más práctica y que esté basada en la experiencia y con una mayor interacción social entre alumnos.
    Segunda brecha digital: las competencias: Los investigadores alertan de que nos encontramos ante la segunda brecha digital, esta vez no provocada por el acceso a la tecnología, sino por el dominio de la competencia digital. Esta brecha es independiente del factor generacional y puede obedecer a muchos factores. Así, se observa una diferencia creciente entre las habilidades, sobre todo digitales, demandadas desde el mundo profesional y las que se obtienen actualmente en el sistema educativo formal.
    Aprender en todas partes: La penetración de los teléfonos inteligentes y de los dispositivos móviles como principales vías de acceso a la red y a la tecnología, así como la proliferación de herramientas de computación en la nube, de redes sociales, de plataformas de los medios sociales y de nuevas aplicaciones móviles y servicios gratuitos, junto con una mayor demanda de inmediatez, abre la puerta a formas de aprendizaje más ubicuas y deslocalizadas.
    El fin de la exclusividad de la universidad: Universidades, administraciones y empresas deberán desarrollar un sistema compartido de evaluación y acreditación de competencias profesionales. La universidad no debe ser su único actor, ya que el contexto profesional será clave en este proceso. La educación operada por nuevos agentes -open microcredentials- puede generar un fuerte impacto en un ámbito desarrollado hasta ahora casi con exclusividad.
    Una mayor implicación de las empresas: El aprendizaje debe reproducir al máximo los escenarios reales donde los estudiantes pondrán a prueba sus competencias. Hay que diseñar currículos con las empresas, metodologías aplicadas en contextos simulados o reales, etc. ayudándose de tecnologías que superen el aula física y las plataformas en línea, como la realidad virtual y aumentada, la ludificación, las simulaciones y las herramientas de comunicación y colaboración. Los acuerdos universidad-empresa romperán las barreras de los espacios.
    Formación a medida sin calendarios y con tutores 24 horas al día: La formación deberá ser a medida: formaciones específicas que resuelvan necesidades concretas y de forma inmediata. Se necesitará flexibilidad y agilidad para una oferta más modular y granular, no sujeta a calendarios, gratuita -recursos educativos abiertos (OER), cursos en línea abiertos y masivos (MOOC)-, pero que se pueda reconocer en el marco de programas formales y con tutores 24 horas al día. Una oferta de servicios concretos de acuerdo con las necesidades -módulos, contenidos, tutoría, evaluación, certificación, personalización, etc.
    Internacionalización y especialización: Fruto de una creciente internacionalización de la educación, serán necesarios convenios con instituciones locales y del extranjero que ofrezcan titulaciones conjuntas e intercambios. Hay que buscar las fortalezas de cada uno; no todo el mundo tiene que ofrecer de todo. Es necesario que todos se especialicen y que sean excelentes en alguna disciplina, lo que permitirá una mejor formación y ser más competitivos en el mercado laboral.
    Más allá de las asignaturas: El modelo clásico de formación, un conjunto de asignaturas para lograr una titulación, deberá diversificarse. La universidad tendrá que ofrecer un nuevo abanico de servicios como las microacreditaciones -de competencias, conocimientos, etc.-, la evaluación en línea (e-assessment) -observación y recogida de datos para evaluar actividades, no solo en exámenes- o la formación a lo largo de la vida -personalizada, discontinua y a diferentes ritmos.
    Modelos menos rígidos: La rigidez de las plataformas educativas actuales, que reproducen los modelos presenciales -estructura de cursos, recursos didácticos, explicaciones del profesor e interactividad-, será sustituida por aplicaciones LMX -Learning Method eXperience-, en las que se implementarán metodologías de aprendizaje y se adaptará la experiencia de uso a los requisitos de cada institución. Así, será posible aplicar metodologías emergentes.
    El uso de aplicaciones móviles agrupadas en repositorios: En los entornos educativos del futuro se deberá poder formar mediante aplicaciones profesionales y educativas agrupadas en repositorios similares a los mercados de aplicaciones actuales y que podrán ser seleccionadas e incorporadas fácilmente como recursos de aprendizaje.

5. - ¿Cuál será el futuro de los títulos universitarios?
       
    Ya se habla de acabar con la “tiranía” que implican los títulos académicos, o mejor dicho con el monopolio que tienen las Instituciones educativas que los Estados autorizan para otorgarlas. Muchos nos imaginamos un futuro donde archivos digitales en la red llenos de insignias digitales obtenidas en Instituciones educativas o no, pagadas o gratuitas o de bajo costo y mezcladas con un o dos cursos de una universidad tradicional eliminen la necesidad de poner el pie en un campus Universitario.